La realidad de la vida v/s la audiovisual
- Ricardo Harrington
- 15 feb 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 mar 2019
Escena de un film, escrita en forma de guión
01. INT. COCINA - TARDE
Una mujer mira por la ventana de la cocina, embobada por la presencia de un hombre que le gusta y que descarga una camioneta en el patio vecino, mientras lava los platos, aunque lo cierto es que insiste mecánicamente en un solo plato.
CORTE A
02. INT. LIVING - TARDE
Su madre de pronto la observa desde el living y también mira por su ventana al hombre en el exterior. Entonces, advirtiendo que lava y lava el mismo plato, decide comentarle, burlona:
MADRE
No podrías dejarlo más limpio...
CORTE A
03. INT. COCINA - TARDE
La mujer se sobresalta, pasando a llevar una olla que está a su lado y casi vuelva. Avergonzada y sorpendida, sale de la cocina sin decir palabra.
Fin de la escena en el filme.
En la realidad, las escenas 01 y 02, podrían ser exactamente iguales a la película, pero la escena 03, en cambio, sería algo diferente:
03. INT. COCINA - TARDE
Al escuchar el comentario de la madre, la mujer en la cocina seguiría lavando, con la esperanza de que su madre no haya visto al hombre, o notado que ella lo mira (pues en la realidad no podría saber que los vio a ambos, dándose cuenta de la situación, como ocurre en el filme). La madre, entonces, se acercaría. Y encendiendo un cigarrillo junto a ella, dispuesta a conversar, insistiría:
MADRE
En verdad es guapo...
HIJA
¿A qué te refieres?
MADRE
No creas que no he visto cómo miras a Ben.
HIJA
¿De qué hablas?
MADRE
Vamos, si no soy ciega... La hija, entonces, podría tomar al menos 4 caminos clásicos:
1.- Se sonroja y abandona la habitación (igual que en el final de la escena 3 del filme).
2.- Continúa tratando de mantener su actitud de esconcder su emoción y sigue lavando, procurando que no se note que Tom le importa.
3.- Reconoce que es así y (seguramente), molesta, le dice que no se meta.
4.- Reconoce que es así y, divertida, lo comenta con su madre. Destaco estas notables diferencias, para invitar a reflexionar sobre un asunto de máxima importancia en la creación audiovisual: aquello que funciona en la realidad de la vida, no necesariamente funciona en la realidad fílmica. Y, todavía más, en ocasiones incluso es necesario deformar esa realidad para representarla y hacerla parecer verosímil, real, consguiendo que el público comprenda cómo lo hace en la realidad, pero de esta manera que prodríamos llamar "transposición al lenguaje fílmico". Éste, además, normalmente incluye economía de lenguaje, por obvias razones: la vida dura una vida y un filme un promedio de 2 horas. De este modo, es imprescindible que entendamos esta diferencia tanto si somos escritories de nuestro proyecto, como si somos únicamente directores. En ambos casos, es imprescindible que seamos capaces de traducir, de convertir la realidad, para que funcione en el filme, con la misma (y hasta me atrevería a decir que con mayor) fuerza que en la realidad de la vida. Mientras más talentosos seamos en este arte, mejores películas seremos capaces de realizar, pues estaremos más cerca del público.
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